Nina es una gatita que formaba parte de una colonía, la dejaron allí abandobada de pequeña porque fué de una camada indeseada, fué una superviviente, pero cuándo quedó preñada era aún muy joven, a punto de parir perdió el apetito, no podía respirar, sus pulmones estaban lleno de moquito, era sólo huecesitos. Me la encontré ya tirada sin moverse, nunca se dejó tocar, pero ese día me dejo que la cogiera en brazos metió su cabecita dentro del codo del miedo y de pronto se puso a lamerme.
No sabía que hacer con ella, no tenía medios económicos para llevarla al Veterinario, pedí muchos consejos y todas me derivaban a que la viera un médico.
Cómo me era imposible, la mediqué con antibióticos, con flumil, con mucho cariño y dándole de comer mus con jeringa al segundo día Nina empezó a comer algo solita, también necesitaba la ayuda de jeringa para alimentarla cada dos por tres.
A la semana dió un cambio positivo, la desparasité, la lavé porque aún estaba con restos de sangre y ya comenzó a comer ella sola.
Ha estado cerca de un mes con caquitas blandas pero sin llegar a diarreas, casi todo lo que podía comer eran latitas digestivas.